Una pequeña ciudad con un trasfondo medieval increíble, situada en un cruce de caminos entre Prades y Vernet les Bains. Inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO, de obligada visita si viajamos por los dominios del Canigou.
Me llamó mucho la atención sus restaurantes con un deje o sabor medieval y sobre todo sus creperias de las cuales pudimos degustar en una de sus famosos crepes.
La pequeña ciudad tiene una acentuada actividad artesanal y cierto aire bohemio, lo cual se desgrana cuando paseas por sus calles. Como este post no es sin duda una clase de historia , no vamos a reparar en sus detalles históricos si no intentarlo ver a través del prisma de sus restaurantes y creperias.
Os dejo con algunas fotos de nuestro paseo por esta pequeña ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario